
Aveces pienso que toda la vida fui vieja. Es extraño, pero desde la adolescencia tiendo a pensar en lo medular de la vida de la misma forma. Mis ideas respecto a la progresión de los años y a la vivencia de ciertas situaciones cotidianas no estaban tan lejos de lo que imaginé, por lo mismo creo que mis cambios se relacionan simplemente con tener más (años, responsabilidad, cosas, grasas, etc) o reforzar lo que creía, sin embargo de forma categórica afirmo que mi matriz nunca ha cambiado, no me transformé en una drogadicta rockandrollera de la noche a la mañana, no rape mi pelo ni descalcé mis pies. Nací Lissy y creo que Lissy con muchas arrugas moriré, no sé que tan bueno o malo puede ser, lo que sí me doy cuenta es que muchas de las personas que conocí hoy ni se asemejan a los que eran. No sé si se trata de "una doble vida" como presume la mary, mi teoría es que aveces nacemos salados y aunque toda la vida se esforzaron por acurrucarnos con dulce, llega el momento donde optamos por vivir una vida dulce o desatar la sal por completo. No me mal interpreten, no quiero decir que mi forma de vivir es la ley, estoy medianamente al tanto de mi maldad, sin embargo sé que el dulce es la única opción que me llevará a dormir profundamente sobre las hojas otoñales (escasas por estos días). He visto sal desatada por todos lados en estos días y 2 emociones me invaden temor, pues me cuestiono ¿quién es?, ¿quien realmente es? o por lo menos que es capaz de hacer? y por otro lado esa pena de entender que finalmente cada quien decide como forjar su camino asumiendo teóricamente las consecuencias que pueden repercutir a futuro...Quien es más corbarde, el que se reprime con la certeza de hacer lo correcto o quien fluye sin asumir los deberes, obligaciones y demandas que por derecho legítimo nos exige el dueño de las manzanas y la pretenciosa vida...
Es todo lo que tengo que decir sobre eso...
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