De corazón y muy humildemente te pido perdón mi querido diciembre, hace 5 días que estás bailando y yo aquí entre trabajos y certámenes no me tomé el tiempo que te mereces. Mi cálido y adornado diciembre entre finales comienzas, mi siempre caluroso diciembre, hoy ante el público dejo constancia de mi añoranza por ti, desde marzo!, diciembre gracias por haber llegado, entre cumpleaños de los queridos, celebraciones, abrazos (desagradables por lo demás, tengo que decirlo!), y es que el año nuevo y el olor a axila y abrazos con mocos de por medio corren a la par, en fin, pero esa no es tu culpa, de hecho es de ese enero que quiere desnudarnos de a poco, en fin...Querido diciembre, Gracias por ser tu!, por haber llegado, por brindarnos la oportunidad de escuchar música con cascabeles y melodias esperanzadoras, ah! y ese hombre vestido de rojo y panzón que sólo provoca alegrías en los que son más cuerdos que todo mundo... Y por sobre todo, mi siempre bien ponderado diciembre, gracias por haberle visto al cara primero al milagroso multiplicador de peces...
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